Por su inocuidad, resistencia e impermeabilidad –entre otras características-, el PET (polietileno tereftalato) es ampliamente utilizado en la industria de productos alimenticios para envasar bebidas gaseosas, aguas, jugos, aceites comestibles, artículos de farmacia, entre otros productos.

Uno de nuestros productos se envasa en PET ÁMBAR, y es una de nuestras marcas favoritas, ¡NATUMALTA!. Una de las mayores ventajas del PET es que se trata de un plástico 100% reciclable, lo cual lo ha convertido en un producto cada vez más atractivo para la industria recicladora en Colombia y el mundo. El PET es de los pocos tipos de plásticos que tienen la capacidad de ser reincorporados para su uso en otra cadena productiva que incluye los alimentos.

En Colombia solo se recicla la tercera parte de la totalidad de las botellas que se consumen, de tal forma que de 10 de estas que salen al mercado, solo 2,5 o 3 se reciclan, una cifra muy baja. Por esta razón es sumamente importante incrementar el volumen de plástico dispuesto para el reciclaje, con el fin de que no termine tirado en los rellenos sanitarios o en vertederos de basura, en lugares abiertos o en los mares.

En varios países, a partir de este material, se fabrican nuevos envases como contenedores y potes para fruta, cestos, bandejas, vasos, cajas para tortas, zunchos (cintas de embalaje de alta resistencia) e, incluso, se desarrollan fibras para la industria textil, así en vez de utilizar recursos no renovables como el petróleo para crear poliéster, se convierte el plástico ya existente de botellas en desuso y se genera una fibra de alta calidad, que luego se convierte en una tela flexible, suave y sustentable.

Las empresas que utilizan el reciclado están muy unidas con aquellas que se encargan de transformar el PET, quienes trabajan de la mano con los recicladores, pero se requiere llegar a los consumidores. La invitación es a que nos unamos porque esta parte de la cadena no tiene aún una interacción importante en este proceso y esto empieza desde cada uno. Es importante unir este eslabón de la cadena.

Este panorama se presenta porque en los hogares no se hace la labor de separación y si bien los recicladores hacen mucho de este trabajo, si los consumidores tomaran conciencia de la importancia de clasificar, sería más fácil llevar a cabo todo el proceso y se evitaría que alrededor de 105.000 toneladas de residuos PET terminaran en los basureros cada año.

Así, lejos de ser un potencial residuo, los envases fabricados con PET tienen un valor económico creciente y pueden convertirse en materia prima para un amplio abanico de usos.

En estos últimos años se ha visto una evolución muy positiva hacia reciclar materiales. Hay que confiar en que seguirá en aumento, pues las nuevas generaciones vienen concientizadas de la protección que debemos dar hacia el Medio Ambiente, muchos reconocen desde pequeños las materialidades y entienden que se puede reducir, reutilizar, reciclar. En los hogares hacer esta tarea es muy fácil, si vives en un conjunto o edificio, en el cuarto de basura habitualmente hay un espacio para ubicar los materiales reciclables y si vives en una casa lo ubicas junto a otros materiales reciclables en una bolsa independiente al de la basura, lo importante es que las botellas estén limpias y separadas de las tapas.

¡En nuestras decisiones diarias podemos cambiar el curso de las cosas, comprometámonos con los recursos de las futuras generaciones!